Algo así me siento todos los días...

martes, 22 de enero de 2008

Reflexión postfilio II

Si me pongo a pensar en las razones de escribir este texto, veo en realidad que quizá no existe ninguna razón lógica o lo suficientemente válida, pero es que al oír la canción simplemente me nació el deseo de hacerlo. Y sé perfectamente que no debería estar escribiendo algo sobre ti, para ti, que debería estarme alejando de todo esto, pero por alguna razón no puedo. Ahora me siento más frío que antes, tan frío que me siento incluso incapaz de iniciar una relación con alguien y pretender sentir algo por él. Ya ni eso me anima, ya ni eso me da aliento. Sólo la soledad completa es mi aliada, mi refugio, mi medicina. Parece ser mi única solución en este momento. No sé si deba hacerlo. A mí me gusta estar siempre en la búsqueda de ese amor, de esa persona que ha de amarme como yo quiero y a la que podré amar con toda mi alma. No sé si está aquí, en otro lugar, en otro mundo o en otra vida, pero sé que existe. Quizá deba pasar esta vida entera, yo solo, sin nadie más a mi lado. Lo he visualizado muchas veces, y cada vez duele menos el pensarlo. Al inicio no me gustaba la idea. Era repugnante, deprimente, devastadora. Pero ahora cuando lo pienso, siento que podría ser capaz de sobrellevar una vida de ese tipo. Aún no sé si de verdad debía perderte o debía tenerte, no sé si lo que pasó debía en verdad de pasar o forcé las cosas de una manera que no debía haber hecho. Pero lo que ya sucedió, en el pasado está ahora y no hay manera de cambiar las cosas. He intentado mil veces comprender tu dolor, lo que sientes y por lo que pasaste… y mi viejo dolor regresa a mí. Esos días perdidos de desesperación y angustia, hundido en la depresión total, creyendo que todo había acabado para mí. Pero no fue así. Pude seguir más adelante, por mucho tiempo más, creyendo que la vida debería redimirme por lo que me habían hecho, pero nunca encontré tal redención. Al contrario, me fui hundiendo cada vez más en zonas a las que nunca creí bajar, en el inframundo de mi alma, el cual nunca creía conocer. Llegué hasta lo más profundo, a lo más hondo, lo más oscuro y sucio que pude haber conocido. Debo pensar que algo bueno tuve de ello, no hay mal que por bien no venga. Pero hay muchas de esas historias que quisiera borrar de mi mente. Tantos recuerdos e imágenes que quisiera no existieran, y tantos lugares que quisiera no haber conocido. Tantas personas con las cuales no quisiera haber tenido contacto. Pero así es esto. Sucumbí, por mil y un razones, y heme aquí ahora. Quizá eso fue razón de que pasara lo que pasó después contigo, quizá eso tuvo que ver con mi error. La costumbre me venció, no me pude resistir y caí. Fue raro… quería pero no quería, pero al final la carne fue más débil de lo que pensé y ahí quedé, sin opción alguna. ¿Y qué he de hacer ahora? Arrepentirme ya no sirve de nada, sólo puedo seguir adelante con mi herida, mi orgullo mancillado y mi lección. Ojalá hubiese habido una mejor forma de aprender mi lección, pero si así tuvo que ser, yo no puedo hacer nada al respecto. No ahora, porque lo pude haber hecho en el momento, pero… sería ya hablar del destino y eso es algo demasiado complejo como para intentar tratarlo en estos momentos. Diré que quizá el destino me tendió una trampa en la que caí, una prueba que no superé. Y ahora aquí estoy, en medio de la noche, solo, pensando, escribiendo, sintiendo la nostalgia dentro de mí que me llena y que no puedo hacer nada por sacarla de mí. Trato de pensar en muchas cosas más, mi escuela, obligaciones y demás actividades, para que me mantengan distraído de todo esto y pueda seguir adelante con mi vida como si nada pasara. Trato de conocer más gente, de salir con alguien y seguir con mi vida, fingiendo que las heridas no existen o que son tan pequeñas que en poco tiempo sanarán. Pero en verdad no es así, porque son profundas, más de lo que esperaba que llegasen a ser. Pero yo mismo las provoqué esta vez. Supongo que ya era hora de que fuera yo quien arruinara algo tan bello y perfecto como lo que teníamos tú y yo. Sí, no siempre iba a poder estarle echando la culpa a los demás, diciendo que yo siempre había sido el novio perfecto y que no había tenido culpa alguna en el asunto. No podía estar siempre tratando de llevar el papel de mártir y héroe, de la persona de buen corazón que siempre se entrega por completo y lucha al cien por la felicidad del otro. No, en algún momento debía cambiar de papel y probar el ser el villano, el malvado, el que ha herido el corazón de la otra persona y se convierte en alguien vil y desalmado. Sí, era hora de cambiar de papel y probar algo nuevo. Soy un actor a fin de cuentas, debo conocer todas las facetas necesarias para poder tener distintos papeles, distintas actitudes, distintas personalidades. Era simplemente un juego de la vida y me convertí en su ficha. Pero eso no me quita las sensaciones que llevo en mi interior, toda la culpa, la carga, la nostalgia, el odio, la desesperación, tristeza, decepción, amargura, deseo contenido, sueños, esperanzas, fe, ilusiones… todo eso sigue adentro y seguirá, por mucho tiempo sin desaparecer. Quizá en lo más profundo de mí, tan profundo que en algún momento olvide que lo tengo, tan profundo que no sepa exactamente dónde lo dejé. Tan profundo que tarde toda una vida o más en volverlo a encontrar. Ahí se quedará, esperando, aguardando, al momento indicado (o al momento más inesperado, como lo fue contigo), para volver a salir a la luz como estaba hasta hace poco. Aún no logro comprender, cómo lograste lo que lograste. No sé qué tenías tú en especial que me llegaste a provocar lo que me provocaste. No sé… no sé por qué… por qué tú y no otro, por qué tú y no él… No sé, nada de nada, pero pasó… y eso me alegra. Y una vez más, no me iré sin haber tenido algo bueno de aquí, sin haber aprendido algo importante, profundo, relevante, algo que me salvará la vida en futuras ocasiones. Me llevo conocimientos que debía haber aprendido hace mucho tiempo, pero que no hice caso en su momento y tuve que aprenderlos de esta forma. Me llevo una parte más de mí, de mi rompecabezas para convertirme en persona, en ser humano completo, en un ser. Me llevo… te llevo a ti, en mi corazón. Y eso, ya es ganancia.

No hay comentarios.: